Bruno Walter
Nació en Berlín, en 1876. Director de orquesta y
compositor alemán nacionalizado estadounidense. Realizó sus estudios musicales
en el Conservatorio Stern de su ciudad natal con la intención de emprender la
carrera de pianista, instrumento con el que debutó como solista a los trece años
tocando el Concierto para piano en Mi bemol de Moscheles con la Orquesta
Filarmónica de Berlín. Pero fue al escuchar dirigir a Hans von Bulow cuando
decidió centrarse en la dirección orquestal. En 1894, a los dieciocho años,
debutó con la ópera Der Waffenschmied de Gustav Lortzing al frente de la
orquesta de la Ópera de Colonia.
Hasta 1896 permaneció en dicha orquesta como director en
prácticas, y ese mismo año se trasladó a Hamburgo donde recibió lecciones de
Gustav Mahler. Su relación con Mahler fue decisiva para su carrera profesional
por las enseñanzas que recibió de aquél y porque fue el compositor austriaco
quien le proporcionó un empleo como director en Breslau. Al ocupar dicho puesto,
Walter adoptó el que sería su nombre artístico a partir de ese momento.
En 1887 dirigió en Pressburg y al año siguiente en Riga. En la
capital letona conoció a la que sería su futura esposa, la soprano Elsa Kornek.
La llegada del nuevo siglo le llevó a dirigir en Berlín y más tarde, en 1901, a
Viena. Allí fue asistente de su maestro Mahler y director de la Ópera de Viena
(Hofoper), en la que permaneció hasta 1912. Walter simultaneó su puesto en Viena
con numerosos conciertos en Checoslovaquia, Italia, Alemania y Gran Bretaña. En
este último país obtuvo un gran éxito dirigiendo Tristán e Isolda en el
Covent Garden londinense.
Tras el fallecimiento de Mahler, Walter fue el encargado de
estrenar dos de sus obras: La Canción de la Tierra en 1911 y la Novena
Sinfonía al año siguiente. En 1913 se instaló en Múnich, donde permaneció
durante una década al ser nombrado Director General de Música de Baviera en
sustitución de Félix Mottl. Su etapa berlinesa sirvió para otorgarle prestigio
internacional, especialmente por sus interpretaciones de óperas de Mozart y
Wagner. Compaginó dicho puesto con el de director invitado de la Orquesta
Filarmónica de Berlín, al frente de la cual estrenó obras de compositores
contemporáneos como la británica Ethel Smyth.
En 1923 volvió a Viena, ya con la nacionalidad austriaca que le
había sido proporcionada en 1911. Ese mismo año viajó a Nueva York por primera
vez, y allí debutó con la New York Symphony Orchestra. A partir de ese momento y
durante varios años estuvo viajando a los Estados Unidos para realizar giras de
conciertos en Minneapolis, Cleveland, Los Angeles y Nueva York.
En 1925 se instaló de nuevo en Berlín tras ser nombrado director
general de música en la Ópera Estatal de dicha ciudad, y en verano de ese mismo
año acudió por primera vez al Festival de Salzburgo, donde obtuvo un gran éxito
con sus interpretaciones de Mozart. Simultaneó estas actividades con la
dirección del repertorio de ópera alemana en el Covent Garden londinense entre
1924 y 1931, y con algunos conciertos al frente de la London Symphony
Orchestra.
En 1926, durante una visita a Leningrado, conoció al entonces
joven Shostakovich y mostró gran interés por su Sinfonía nº 1, hasta el
punto de estrenarla más tarde en Berlín. Ese mismo año, Walter comenzó a
trabajar para el recién abierto Teatro de Ópera de Charlottenburg (Berlín), y
gracias a su presencia y a la de otros importantes directores como Furtwängler y
Klemperer, el teatro adquirió renombre internacional.
Sergéi Rachmaninov y Bruno Walter
En 1929, tras ciertos roces con la dirección del teatro, Walter
decidió dimitir y marcharse a Leipzig, donde se puso al frente de la orquesta
del teatro Gewandhaus. Debido al ascenso de los nazis al poder, pronto hubo de
dejar este puesto, que ocupó entonces Richard Strauss. Walter continuó entonces
su carrera en Londres y Viena. Obtuvo en 1935 el puesto de director titular de
la Orquesta Filarmónica de la capital austriaca, pero la ocupación alemana le
forzó a huir de ese país en dirección a Francia.
Bruno Walter conducts Berlin Philharmonic Symphony No.40 (fragments of Movement 4). Wolfgang Amadeus Mozart.
A pesar de que el gobierno francés le otorgó la nacionalidad
francesa en 1940, el destino final de Walter fue Estados Unidos, donde
permaneció hasta la fecha de su fallecimiento. En 1946 se convirtió en ciudadano
estadounidense y en dicho país sustituyó a Klemperer al frente de la Orquesta
Filarmónica de Los Ángeles, además de subir al podio de otras agrupaciones como
la New York Philharmonic, la Columbia Symphony Orchestra o la orquesta sinfónica
de Minneapolis. Su debut en el Metropolitan neoyorquino se produjo en 1941 con
Fidelio, de Beethoven, ópera que también dirigió en la Staatsoper de
Viena al finalizar la Segunda Guerra Mundial. En 1947 participó en la primera
edición del Festival de Edimburgo dirigiendo en La Canción de la Tierra
de Mahler a la gran estrella de la lírica Kathleen Ferrier. La década de los
años cincuenta le llevó a Salzburgo y Viena. En esta última ciudad dirigió en
1960 la Sinfonía nº 4 de Mahler con motivo del centenario del compositor.
Los dos últimos años de su vida los pasó en su residencia de Los Ángeles, donde
falleció en 1962.
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